Salmos 84
1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;
Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. 3 Aun el gorrión halla casa,
Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,
Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos,
Rey mío, y Dios mío. 4 Bienaventurados los que habitan en tu casa;
Perpetuamente te alabarán. Selah 5 Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas,
En cuyo corazón están tus caminos. 6 Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,
Cuando la lluvia llena los estanques. 7 Irán de poder en poder;
Verán a Dios en Sion. 8 Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración;
Escucha, oh Dios de Jacob. Selah 9 Mira, oh Dios, escudo nuestro,
Y pon los ojos en el rostro de tu ungido. 10 Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos.
Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios,
Que habitar en las moradas de maldad. 11 Porque sol y escudo es Jehová Dios;
Gracia y gloria dará Jehová.
No quitará el bien a los que andan en integridad. 12 Jehová de los ejércitos,
Dichoso el hombre que en ti confía.
Reina-Valera 1960 ® © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988. Utilizado con permiso. Si desea más información visite americanbible.org, unitedbiblesocieties.org, vivelabiblia.com, unitedbiblesocieties.org/es/casa/, www.rvr60.bible